Eran equipos y jugadores de un nivel medio-bajo, pero contra River parecían posibles cracks que ya tendría en vista el Barcelona.
Iban de visitantes a la cancha de River y parecían como si jugaran en un estadio que conocían de toda la vida. La presión de la hinchada rival parecía que en vez de amilanarlos los incentivaba más.
Quizá este paso de River por una categoría menor dejó demostrado algo tan difícil de analizar por los psicólogos deportivos, la MOTIVACIÓN.
Es la única explicación posible. Ya que todos los equipos que jugaron contra River jugaban motivados. Sabían que era la única posibilidad de mostrarse, de aparecer en un medio importante y de ganarle al equipo más ganador del fútbol argentino.
Contra River, los rivales tenían delanteros de una habilidad inhallables, arqueros de unos reflejos inusitados, defensores que requerían la visita de expertos para evaluar sus dotes futbolísticos.
La motivación es la única explicación posible, ya que los equipos que enfrentaban a River, en partidos sucesivos esos mismos equipos perdían con sus otros rivales del torneo por 3 o 4 goles de diferencia.
La autoestima está muy ligada a la motivación. Si nos sentimos seguros de nuestra capacidad y tenemos una buena opinión de nosotros mismos, seremos capaces de afrontar retos por difíciles que parezcan, es decir, nos sentiremos motivados para enfrentar las dificultades.
La motivación viene desde fuera en forma de estimulación pero es imprescindible que haya una predisposición positiva que haga posible que la estimulación se convierta, realmente en motivación.
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