Las presidentas de Argentina y de Brasil, Cristina Fernández y Dilma Rousseff, acordaron en Caracas la creación del Mecanismo de Integración Productiva (MIP) para profundizar más las relaciones bilaterales. Ambas jefas de Estado, coincidieron en definir como "prioritaria" la relación entre los dos países.
Quedó en claro que Brasil y la Argentina se impondrán una suerte de blindaje comercial para frenar la invasión de productos de "terceros mercados". O sea, China, Europa y Estados Unidos. En este contexto también Cristina Kirchner y Rousseff hablaron de la necesidad de focalizar la compra de productos interregional, es decir a países que integran el Mercosur o la Unasur, ya que hoy la mayor parte de las importaciones de los países de la región provienen de otras zonas. Este es otro giro que se le encontró para poner en práctica los mecanismos proteccionistas.
Por su parte, el canciller, Héctor Timerman, resaltó que el MIP será "un organismo bilateral para profundizar la relación de ambos países en materia de producción" por cuanto las presidentas coincidieron en que "si Brasil crece, crece la Argentina, y si crece Argentina, crece Brasil". Rousseff no se fía de Europa.
Casi un artículo de primera necesidad para los brasileños en el mes de las Fiestas, el precio de la cerveza fue tapa de los diarios paulistas hace unos días: el “chope” se había encarecido 1,5% en el último mes, el doble que en la medición anterior. En el Brasil de la calle, la inflación todavía asusta. Pero hoy el Gobierno sólo piensa en cuidar el crecimiento. Dilma Rousseff volvió a dejarlo claro con un paquete anti-crisis que ataca varios frentes y busca despabilar a la economía.
